Y por fin, se acaba otra lamentable campaña electoral en Galicia, las encuestas valoran a nuestros políticos peor que nunca, pero parece que estos no entienden el mensaje y siguen, una vez más haciendo el ridículo.
Ha sido otra vez la campaña del y tu más, donde los grandes partidos se han enzarzado en criticar al de al lado sin apenas ofrecer propuestas.
En líneas generales lo único positivo han sido los debates, han servido para ver aún más las carencias de nuestra clase política, y sobre todo para ver a un dubitativo y nervioso candidato popular.
Ha sido una campaña marcada por los contratos de Pemex, son como las meigas, habelos hailos, o caso é topalos,El ocultamiento del déficit cargando partidas presupuestarias a otros años, y firmado por un Consello de Contas presidido por el mismo PP, y por las extrañas concesiones otorgadas a la empresa de la que es apoderada en Galicia la hermana del Sr. Feijoo.
La pregunta es, si estas incidencias, que tumbarían a cualquier gobierno de izquierdas gracias a la maquinaria periodística de la caverna mediática, harán también que Feijoo no obtenga la mayoría absoluta que necesita para gobernar, la duda está en el aire.
A groso modo hemos visto a un PP a la defensiva, con unos argumentos totalmente inútiles a la hora de defenderse, sin grandes propuestas, y sin mucha convicción, metiendo el miedo a la gente comparando al nacionalismo con el demonio. Argumentos del creanme a mí no a lo que dicen los otros, demuestran que no tienen muchas respuestas a todo lo aparecido en campaña.
El PSOE ha hecho una campaña gris, a la altura de un candidato gris, lastrado todavía por la gestión del antiguo gobierno socialista y con la mala imagen que tienen todavía en el resto del estado, han estado más preocupado por meterle el dedo en el ojo al señor Feijoo, que por hacer una campaña en positivo.
El BNG, más de lo mismo, con un discurso más moderado, focalizado contra Feijoo, lógico, pero sin hacerle daño al PSOE sentando las bases de una futura coalición, con un candidato también gris y sin muchas propuestas.
Partidos como Compromiso por Galicia, UpyD y SCD han tenido una presencia testimonial en campaña, si bien son los posibles receptores del voto desencantado del PP y pueden hacer que éste pierda la mayoría absoluta.
Dejo para el último lugar del análisis a la Alternativa Galega de Esquerda, de Anova, EU, Equo..., han sido los auténticos triunfadores de la campaña electoral, Beiras ha vuelto a demostrar que sabe un poco de esto, ha buscado una coalición que le permita tener voz en el parlamento y cual ave fenix, ha resurgido de sus cenizas, desde mi punto de vista han sido los únicos que han ganado votos en esta campaña, y creo que van a obtener unos resultados espectaculares, han conseguido ser el centro del debate, con un discurso agresivo capaz de recoger ese voto indignado que hay en la calle y que está descontento con la clase política actual, Cospedal ha caído en el juego y los ha puesto en el debate, Esperanza Aguirre lo mismo, y la entrevista a Beiras en el programa de ViaV fue TT en twitter y muy comentado en la red.
Otra muestra de que han sido los triunfadores de la campaña es la radicalización del discurso del BNG en la última semana, prueba de que estaban perdiendo votos. La AGE ha sido capaz de canalizar todo ese voto indignado y cansado de votar a PSOE y BNG y conseguir que una parte del electorado que no iba a ir a votar pero que tampoco querían la victoria de Feijoo, tengan una opción de voto el 21O, es la opción del indignado que sabe que aunque AGE no gobierne, la opción de entrar en el parlamento servirá de altavoz de la sociedad indignada y de control de la clase política, consiguiendo a su vez aglutinar un voto de izquierda para que no se pierda.
No se lo que pasará el 21O, lo que si creo es que AGE una vez dentro del parlamento, no debería formar parte de un gobierno de izquierdas, en el caso de que el PP no obtuviera la mayoría absoluta, debería permitir una gobierno PSOE-BNG, pero no entrar en el gobierno, sino funcionar como un elemento de control al gobierno desde dentro del parlamento, una posición difícil pero necesaria, que sería además lo que le demandaría gran parte de su electorado
