lunes, 9 de julio de 2012

Y al final, apareció el Códice Calixtino

El Códice Calixtino, ese "librito" de valor incalculable por fin apareció, es un tema que me tiene fascinado, por la cantidad de detalles que hace que esto solo pase en un país de pandereta, cada cosa que leo, cada día que paso nos vamos enterando de más cosas, "detallitos" que parece mentira que fueran verdad, empezamos:
  • El códice aparece un año después de su desaparición, en un garaje de un antiguo electricista que prestó durante años servicios en labores de mantenimiento en la catedral.
  • El autor material del robo disponía de un juego de llaves completo de la catedral, incluyendo la caja fuerte.
  • El hombre en cuestión era asiduo a la misa de 7:30 de la mañana
  • En el registro de su casa aparece 1 millón de € y además tiene varias propiedades, compradas supuestamente con los hurtos diarios que hacía del cepillo de la catedral, ya que no solo se llevó el códice, sino que diariamente, "cogía" su aguinaldo particular.
  • La policía tarda un año en dar con el sospechoso, el juez dice que es una de las investigaciones más difíciles que ha llevado, y nos enteramos que un agente asignado al caso, al segundo día de investigación propone hacer un seguimiento del electricista y el comisario dice que no.
  • Una vez descartado el robo por encargo, y con las sospechosas declaraciones del Deán de la catedral, este hombre tenía las papeletas de ser el sospechoso, aún así la Policía tarda un año en localizarlo y lo venden como un éxito, el éxito es encontrar el Códice, ahora bien, la investigación es un fracaso.
  • No contentos con el fracaso, montan el espectáculo cirquense de entrega del Códice al que asiste, ni más ni menos que el Presidente del Gobierno, él mismo que no se diga a asistir al Parlamento a explicar todo lo que está pasando en este país.
Y como colofón, capítulo aparte merece, la iglesia, el Arzobispado de Santiago y el Deán de la catedral.

Son varias las cosas que me asombran, como por ejemplo la falta de control, según lo publicado el electricista tras acudir a su misa diaria, se llevaba algo para su casa, que si algo del cepillo unos días, que si unas moneditas del museo otro, algún libro, otro, y así durante 40 años, sin que nadie se enterara.
Otro tema que me asombra es la poca vergüenza del Deán, supuestamente es el responsable de la catedral y de los tesoros que hay en ella, ya no es que le roben el Códice Calixtino, es que le llevan robando media vida y al tipo no hay quien lo eche de sus funciones y sigue haciendo declaraciones sin ningún tipo de pudor, y no contentos con esto comete dos tropelías espeluznantes, tras pasarse un año hablando de la fragilidad del Códice, que no se puede tocar con las manos, bla, bla, bla..., en el momento que la Policía se lo lleva para hacer la comprobación de si es el auténtico, el lo manosea como un periódico y dice que es el original, y la razón por la que sabe que es el original es:

Porque en la contraportada tiene unas anotaciones a bolígrafo hechas por mí, sí, sí han leído bien, tiene la poca vergüenza de decirlo, solo por esto la policía debería haberlo detenido en ese momento, porque digo yo, que pasaría si, yo me voy al Museo del Prado por ejemplo,y me acerco a las Meninas de Velázquez y le doy un toque personal, es decir manipulo la obra, que tipo de delito me imputarían?

Pues este señor hizo algo quizás mucho peor, pero parece que es un tema menor, en fin país de pandereta.

Lo dicho Santiago Segura, ya tienes un filón para hacer una nueva versión de TORRENTE, pero esta vez me parece que la realidad supera la ficción

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